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EL AGUACERO

EL DELITO COMO FENOMENO SOCIAL

 

 Geovanny Rojas Mosquera

Rubén Darío Hurtado Anaya, prominente Abogado, humanista íntegro, demócrata puro, excelente padre  y gran amigo, fallecido  en un absurdo accidente de tránsito en 1995, en Melgar (Tolima), ciudadano imborrable por su permanente vocación por la excelencia en todos los ítem de nuestra cotidianidad, estampaba permanentemente su huella en cada uno de sus actos y disertaciones especialmente en las que referenciaba los altibajos de  las políticas de estado y la fisura social generada por la malversación de  nuestra democracia.

El Dr. Rubén Darío fue mi primer amigo profesional, residía y ejercía desde  Neiva, lo conocí en mi estación de estudiante en el colegio Departamental dirigido en ese entonces por otro grande, el Odontólogo Humberto Muñoz Ordoñez  y todo gracias a que nos envío al  Valle de Laboyos para que terminara sus estudios de bachillerato  a uno de sus 8 hijos, así compartí colegio con la perla de Boris Alfredo, hoy cincuentón e Ingeniero de Sistemas, estudioso investigador  de programática avanzada.

Su estudios profesionales los realizó en la Universidad del Cauca, en donde, en el año de 1953, obtuvo el título de Doctor en Derecho y Ciencias Políticas y Sociales, presentando como tesis de grado “EL DELITO COMO FENOMENO SOCIAL”, razón por la cual, su trabajo de grado fue laureado con máximos honores y a la postre fue la solida base  que  lo proyectó como un visionario de nuestra actual situación, han pasado ya tres lustros desde su nefasto deceso y su razonamiento cobra mayor vigencia.

Es tan abrumadora la degradación de nuestra sociedad,  que por aberrante que sea el delito en Colombia, este ya no produce ninguna clase de estupor presentándose como normal e inmerso en nuestro día a día.

La versatilidad del delito acompañado de la insensibilidad e indiferencia nos está llevando a un  fondo demasiado traumático y no veo Rubén Darios en la palestra pública con la claridad y voluntad para propiciar salidas que reivindiquen la calidad social que merece un pueblo que en materia de bondades lo ha tenido todo, pero así como lo tenido también lo ésta dilapidado todo.

El perfil de nuestra comprometida realidad tiende a nublarse  a un más, debido al facilismo judicial del que gozan y conocen perfectamente los delincuentes, pues antes que  malhechores son tinterillos calificados con actualizados conocimientos en jurisprudencias.


Como están las cosas me atrevo a aseverar que hoy la justicia en su inmenso compendio esta a favor del delincuente, motivo por el cual es prácticamente normal ver  gozando de libertad a un asesino cogido con el arma a un humeante  después de haber cometido el crimen, o a un ladrón con el cuerpo del delito en sus manos, mientras que a  personas de reconocida acuciosidad que por esos avatares del destino han caído  atrapadas judicialmente, a ellas si les cae todo el peso de la ley, o que podemos decir de la suerte del ex – gobernador del Huila Dr. Jaime Bravo Motta, quién paga actualmente condena de 7 años en la picota por haber comprado unos excelentes juegos infantiles para el parque Manila de Garzón, excediendo los limites de la contratación directa, al que se le negó libertad condicional porque La Corte lo consideró persona de alta peligrosidad, desconociendo que su administración se caracterizó por la recuperación financiara del Departamento.

Recuerdo indisoluble de mi extinto amigo Rubén Darío, fueron  sus apatías  por ese tipo de contradicciones en la formulación de las normas jurídicas, y el trascurrir de los años han demostrado que nunca estuvo equivocado.

El Dr. Hurtado Anaya fue Cofundador del Comité de los Derechos Humanos en Colombia, participó en la creación del M.R.L,  Concejal de la ciudad de Neiva, Diputado y Representante a la Cámara.

Oriundo del municipio de Caldono (Cauca), se consideraba hijo putativo del hospitalario departamento del Huila en todo su contexto y en especial del  anchuroso, pujante y vibrante valle de Laboyos. En sus discursos lo exaltaba como la tierra majestuosa del imponente  Timanco y la Gaitana; personajes a quienes admiró con la misma devoción que las ideas independentistas de Bolívar, Santander y San Martín.

Incansable y abnegado defensor de los Derechos Humanos, circunstancia que le mereció reconocimientos a nivel Nacional e Internacional.

En 1976, en virtud de sus inmensas dotes humanísticas, fue invitado por el Comité Internacional de los Derechos Humanos a una gira extensa a visitar los Países, en ese entonces,  denominados de la cortina de hierro: Hungría, Rumanía, Bulgaria, Checoslovaquia, Yugoslavia, Alemania Oriental y la Unión Soviética, con el propósito de conocer las relaciones sociales y humanísticas entre dichos Estados y sus asociados.


Noble  de nacimiento,  de ideas políticas de avanzada,  defensor de las clases populares en Todo el Territorio Nacional, por lo anterior mi Doctor logró presentarse ante nuestro Jefe Supremo con una impecable hoja de vida, refrendada por su pie de página: “Mi lema fue Servir”.

Geovanny Rojas Mosquera
Critico constructivo
tatatuimagenbienvista@yahoo.com



 

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